miércoles, 27 de febrero de 2013

My sleeping heart woke, and my waking heart spoke. Then there was a silence you took to mean something: mean, run, sing, for alive you will evermore be. Where there grows bitter herb that blooms but one day a year by the riverside - I'd bring it here: apply it gently to the love you've lent me. I heard your song, before my heart had time to hush it! Scrape your knee; it is only skin. Makes the sound of violins. I see the blossoms broke and wet after the rain. I have washed a thousand spiders down the drain, spiders ghosts hang soaked and dangelin' silently from all the blooming cherry treesin tiny nooses, safe from everyone- nothing but a nuisance; gone now, dead and done. We weren't afraid, 'cause we know what you are. Are you mine? tay with me for a while, that's an awfully real gun. I know life will lay you down as the lightning has lately done. We tramped through the poison oak, heartbroke and inchoate. You stopped by, I was all alive. In my doorway, we shucked and jived. And when you wept, I was gone: see, I got gone when I got wise but I can't with certainty say we survived. Sleeped through the things that couldn't have been if you hadn't have been. And when the fire moves away, why would you say I was the last one? All my bones they are gone. Take my bones, I don't need none. (Lentamente, fuera de mi. Algún día no habrá mancha tuya en mi)

viernes, 8 de febrero de 2013

Dos ojos se pintan en el firmamento, una estrella se une a la vía láctea. Su nombre será susurrado dulcemente por cada brisa y vivirá en el sonido de todo gato que ronronea, en el olor de un bizcochuelo casero, en el canto de cada grillos y en cada abrazo. Dormirá en cada planeta y de noche vendrá a contarme cómo es Saturno, acerca del frío de Neptuno. Cuidará de cada niño astro y de cada niña en Re Lejano. Estará en cada vena, en cada célula, en mis mitocondrias. En cada raíz, en cada hoja, en cada pétalo de margaritas (porque en la primera vez, pensé que ese era su nombre) (Un te amo y un Nos vemos a la tarde Cocoa)

jueves, 7 de febrero de 2013

El agua mojó la yerba, tuvieron cuidado de que no inundarla para no arruinar su mate matutino. No lo toman ni con azúcar ni edulcorante, amargo. Amargo como el sabor de un amor fallido, como ver a un amante partir. Amargo como las lágrimas que saltan a escondidas y como el fin de la dulzura. Sintieron el tiempo pasar y fue lento, fue doloroso y curador a la vez. El sol atacaba a la hiedra. Esta estaba verde en sus raíces pero no lograba enredarse en las verjas y vestir la pared de verde. Sus extremos estaban completamente secos. Pronto sus ojos formarían parte del firmamento y ellos dormirían abrazados. Esa noche florecerían, todas las flores que no pudieron crecer sobre sus cabezas y la hiedra se enverdecería. Bajarían 2 colibríes a sus oídos y le cantarían dulces melodías en sus pechos. Ellos enlazarán sus brazos y serán eternamente uno. Descansa en paz cara quemada. Te amamos

jueves, 10 de enero de 2013

Cuando creí que no podría seguir viviendo, la felicidad tocó mi puerta antes de lo previsto y en la humilde sencillez que nos rodea. La brisa de verano rozó mis labios, las hojas del sauce bailaron en ella y el llamador de ángeles y la campana de mi patio musicalizaron la situación. Fue un martes, las nubes amenazaron los cielos desde la noche anterior. La lluvia fue pesada como nunca antes había sido en el desierto. Observé las gotas caer del techo como pequeños diamantes. Mi insinto me llevó a desnudarme y mojarme. Sentir mi vellos erizados por la fría pero al mismo tiempo cálida lluvia. Bebi de ella. Salté en charcos de agua. Sentí el pasto mojado en mis cansados pies. Fui uno. Más tarde entraría y me secaría. Tomaría un té sentado en el marco de la ventana del cuarto azul y cantaría junto a la lluvia. Vería cómo un colibrí se protege de las gotas en el naranjo. Sería uno de nuevo. Entonces fue cuando supe que mi felicidad se resume en eso. Esos simples momentos. No en los romances duraderos ni en los besos apasionados. Conseguí una esperanza para seguir viviendo y volver a tener color.

El Niño Astro

Hace muchos años atrás, cuando aún las estrellas dominaban el cielo y las luces de las grandes ciudades no tapaban su resplandor, vivía en un asteroide lejano un niño astro. Sus cabellos eran grises con polvo cósmico lavanda, sus ojos eran negros como el infinito negro que rodea a los cuerpos celestes, sus piel tomaba los colores de los planetas y nebulosas que visitaba durante sus viajes, por lo tanto, era de varios colores vivos como magenta, verde, anaranjado, amarillo con una textura rugosa debido a las rocas que dejan los meteoritos y brillante por el resplandor de todas las estrellas que lo rodeaban. El joven vivía feliz en su mundo calmo y silencioso, aunque había días (o noches. No se sabe bien cómo se cuentan los días en el espacio) donde la soledad lo atacaba. El niño tenía la compañía de las estrellas, que brillaban y cantaban sólo para él, de los soles que lo acobijaban cuando tenía frío con su calor, de los planetas que les contaban cuentos y tragedias románticas terrícolas donde ellos se vieron involucrados, pero aún así había días donde se sentía muy solo y capaz que soltaba un par de lágrimas, que cristalizadas se convertían en preciosos diamantes que quedaban flotando en el espacio. Fue entonces que una mañana (o una tarde, o una noche) vio pasar a una estrella fugaz cerca de su hogar. Sus ojos se encandilaron por la brutal belleza del cuerpo celeste, y la violencia con la que viajaba lo fascinó. A los segundos vio su cola de vivos rojos y verdes, que provocó el enamoramiento del Niño Astro. Enceguecido, la siguió por días, semanas, meses y años, enamorado perdidamente. La estrella fugaz notaba su presencia pero no lo habló ni le respondió a ninguno de los poemas que el niño le creaba para ella, ni las flores que recogía en el camino para ella. Permaneció muda, insultando los sentimientos del enamorado joven. Fue finalmente que el recorrido de la estrella finalizó con un choque a una oleada de meteoritos, donde ella explotó en millones de cristales con una explosión de polvos de colores que fue realmente un espectáculo envidiable de ver. El niño astro fue golpeado y expulsado por el choque de la estrella y fue golpeado por algunos meteoritos que formaban parte de la oleada. Completamente herido, el niño astro cayó por millones de metros hasta finalmente aterrizar en un solitario bosque en nuestro planeta. Inmóvil debido a los golpes que tenía, veía las estrellas y se apenaba de la lejanía de su hogar. Extrañaba el calor de los soles, los anillos de Saturno donde jugaría al aburrirse, las canciones de cuna que las estrellas le inventaban para que pueda dormir en paz, las historias de Marte y Júpiter y los aromas a azufre y flores que emitían las nebulosas. Su cuerpo se estaba volviendo lentamente humano. Su brillante piel se estaba opacando y sentía cómo se estaba convirtiendo en desgraciada carne, sus ojos perdían el brillo de las estrellas y sus cabellos se convertían en negros. Una tristeza que antes no había conocido invadía su corazón que lentamente se convertía en uno humano. Tenía que tomar una decisión: si quedarse en la Tierra y deambular en la tristeza eterna, como un muerto en vida o finalizar su sufrimiento. Con los pocos poderes que le quedaban, movió un par de estrellas con sus dedos y consiguió que caiga del cielo, uno de los cristales que había dejado su enamorada al explotar. Cayó con una violencia extrema y atravesó su pecho en cuestión de segundos. El niño astro lloró sus últimos diamantes junto a sangre, debido a que sus ojos estaban siendo humanizados y las joyas los lastimaban. Consiguió sacarse el pedazo de cristal del pecho y de él, emergieron brillantes mariposas plateadas y flores de una belleza que ninguno de nosotros hayamos podido ver jamás. Hicieron una escalera hacia el espacio y volvieron al asteroide que era su hogar. Nuestro desgraciado perdió el brillo de sus ojos ya humanos y su piel terminó de convertirse en la opaca y lisa dermis animal que nos cubre. Es así que sólo esperó que los gusanos e insectos realicen su trabajo y coman su carne meintras entraban en su pecho (como pudo ver antes de abandonar la vida). Horas después de su muerte, las raíces de los árboles cercanos se extenderían y lo encerrarían en un capullo, para luego llevarlo bajo sus aposentos y que cumpla la función que todos realizamos al irnos: ser abono para la tierra. (Es así como la persona que pueda leer esto, entenderá muchos de mis dibujos, y mis pensamientos y bla.)

jueves, 29 de noviembre de 2012

Problemas existenciales. Problemas de autoestima. Problemas de autoestima llevan a problemas sociales. Problemas sociales llevan a problemas de autoestima. Problemas de autoestima llevan a problemas existenciales. Un círculo vicioso de problemas. Mientras sigo en el círculo voy a deshojar margaritas (mi flor favorita) (rimaquerima) Me quiere? No me quiere? Me quiere? No me quiere? Mmmmm y más mmmm

viernes, 23 de noviembre de 2012

Te daría besos cuando recién te despertas, cuando estás de mal humor, cuando me abrazas. Te daría besos cuando me mordes, me abris grande los ojos y me sacas la lengua.